jueves, 19 de octubre de 2017

No todo es felicidad

Toda mi vida he deseado un perro, desde que era pequeña que daba el coñazo a mis padres con el tema. Al final mi hermana ganó la partida y adoptamos un gatito cuando yo tenía 12 años aproximadamente.
No fué hasta que no me fuí de casa que adopté a mi Shira muy gustosa, pensando que iba a ser felicidad desde el principio de los tiempos.

Bueno, tengo que decir que es falso, adoptar, o comprar o que te regalen un perrete es precioso, pero el primer año es duro, muy duro. Voy a decirlo, no es felicidad desde el principio. Y esto quiero dejarlo muy claro sobre todo para todos aquellos que estén pensando en añadir un miembro peludo a la familia. Por ellos y por el animal.

Yo adoré a Shira desde el primer día, eso que quede claro, pero personalmente fué una época dura, creo que no discutí más con mi pareja en la vida, me sentía muy frustrada viendo como Shira pasaba de mi real trasero y se portaba fatal, mordía a todas horas, los paseos eran un infierno, la dejabas sola y en casa organizaba el caos... En fin, un primer año desastroso, llegó el punto en el que yo en cierta manera me arrepentía de haberla adoptado, aunque JAMÁS, repito JAMÁS nos planteamos abandonarla ni darla ni nada, quiero que quede claro.

Lo único que quiero decir, es que quien se planee adoptar, sobre todo un cachorro, que sepa que el primer año es duro, en el que tanto el animal como la familia humana se tienen que adaptar, en el que la paciencia tiene que intentar ser tu amigo, en el que tú casa va a estar desastrosa, y en el que hay que tener mucho mucho cuidado con todo lo que tienes al alcanze en casa.

Diré también, que el día en el que casi te conviertes en uno con tu nuevo amig@ llega, que el día en el que pasas todo el día con tu perro se convierte en uno de los mejores de la semana, en el que te proporciona una felicidad absoluta. Ese día llega. Yo doy fé de ello, no os puedo decir si fué al año, a los 8 meses, o al años y medio, no lo sé, solo sé que el caos reinante, y la frustación, y en mi caso los lloros de los primeros meses, o primer año pasan, y que luego es... Increíble!


En mi caso, tengo que decirlo, se juntó en que tanto mi pareja como yo éramos novatos en el tema perro, en que Shira era una cachorra MUY activa y muy muy nerviosa. Ahora, con mi experiencia, jamás le diría a alguien primerizo que adoptara un cachorro, y si lo hace, que fuera un cachorro tranquilo y pachorrón, porque otro tipo de cachorro té puede llevar al límite. Siempre recomendaré adoptar un adulto a gente primeriza, y aún con esas, el comienzo puede ser difícil.

Y Shira, sigue siendo a sus 4 añazos una perra muy nerviosa y muy activa, pero sabe perfectamente cuando puede activarse, sabe cómo se tiene que comportar en casa (aunque el tema de las visitas tiene que mejorarlo todavía, porque se vuelve demasiado loca de alegría jaja), en fin, que da gusto verla :P


En resumen, que sepaís lo que hay a la hora de adoptar un perrete, que teneís que usar paciencia y tener claro que un perro no es un juguete que se queda quieto hasta que a tí te apetezca. Porque NO.

:) Yo a Shira no la cambio por nada, ni cuando era cachorra ni cuando era adulta, el amor que se siente hacía un animal es indescriptible. Y sobre todo.. ADOPTA!

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